Hay un grito que no puede ser silenciado. Está elevándose, haciéndose
más fuerte… y más fuerte. Es el grito de un niño abandonado, de repente, hace
mucho. El grito que resonó entonces resuena de igual manera ahora en mi mente.
Penetra todos los lugares oscuros; golpea contra la pérdida, rebota contra el arrepentimiento…
y el dolor
(Batman).
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